Honor a quien honor merece, es una de las frases que nos indica demostrar honra a quien apoya, acompaña o aporta valor.
Sin duda, una de las personas más valiosas en el mundo del personal branding, es Guillem Recolons, que además de pionero en la gestión de marcas personales, es un gran profesional en el mundo de la publicidad, networker y claro, un excelente ser humano.
Guillem es, para muchos especialistas en marca personal, un mentor, socio, colaborador, conector, guía, maestro, amigo. Para muchos de sus clientes ha sido un gran potenciador de sus marcas personales, acompañándolos a diferenciarse con su propuesta de valor y encontrar el camino con su modelo de negocio.
¿Pero qué lo hace tan valioso? Pues bien, como lo decía al principio, es pionero en el área del personal branding, y una de sus grandes fortalezas es la innovación, nos ha propuesto el Método del Iceberg de la marca personal, el cual podemos encontrar en internet por todos lados.
Fue cofundador de la primera agencia especializada en marca personal en España, Soy mi marca, que hoy es uno de los principales y más consultados blogs del tema.
Es el principal promotor de crear comunidad, y a lo largo de los años ha conectado colaborado con diversos especialistas en diversos países, podemos ver su resultado en el Personal Branding Lab Day, e incluso en su libro “Si no aportas no importas” donde 200 profesionales colaboraron en su diccionario de la marca personal y personal branding; es algo que yo llamo ser un SUPERCONECTOR, tiene la habilidad de conectar y desarrollar e integrar relaciones positivas con las personas.
Seguramente se me están pasando muchas otras cosas importantes de su carrera dentro del personal branding, pronto cumplirá 20 años trabajando en este mundo.
Más de 44 años en el mundo de la publicidad, las agencias y personas lo respaldan. Es un eterno aprendiz; el uso de la tecnología y las redes sociales son parte de su propuesta de valor. Sus hábitos y resultados hablan por sí solos.
Su calidad como ser humano, son destacables y parte de su diferencial, ser coherente, es lo que lo hace actuar de la forma más indicada con respecto a él mismo y los demás.
Hay muchas cosas e historias que podría seguir contando, he tenido la oportunidad de poder trabajar de la mano de Guillem, así como seguir su trayectoria y verlo trabajar con colegas o clientes; hoy a través de este espacio tengo la oportunidad de mostrar un poco más de su historia.
Hace unos días pude conversar y hacerle algunas preguntas, sobre su historia personal, profesional y liderazgo, que quiero compartir para esta revista, pues considero que podemos aprender de su experiencia, y también podemos sentirnos identificados con lo que ha vivido.
Historia
Mi historia es la de un niño que quería trabajar en algo relacionado con la comunicación. Esto sí que lo tuve muy claro de muy jovencito. Tuve unos tíos que eran como muy supermodernos y medio hippies de la época, trabajaban en una agencia que se llama BBDO
Para mí eran el estereotipo de la modernidad. Yo venía de una historia muy clásica, de colegio clásico, religioso, etc. Ellos iban con una moto, una especie de Harley Davidson, una moto muy rompedora, muy transgresora de la época. Y yo dije, ostras, yo quiero vivir esto, no quiero ser director de un banco o funcionario o algo así. Yo quiero vivir.
La vacante
En la agencia BBDO había una oportunidad, una vacante para cubrir una plaza en el departamento creativo para un chico que estuviera por empezar la carrera universitaria, es decir, con 16, y entré con 16 años, porque tenía la suerte de que yo estudiaba por las tardes. Y, por tanto, tenía las mañanas libres hasta las 5 de la tarde, con lo cual, pues bueno, estuve ahí dos años, aprendí lo que no está escrito y eso ya derivó en lo que sería mi pasión por la comunicación.
Me lo pasé muy bien, aprendí mucho, trabajé en campañas muy sonoras, de la época. Estoy hablando del año 79. En aquel momento la publicidad era bastante parecida a lo que ponían las series, es decir, era un mundo.
25 años en agencias
Estuve en Walter Thompson, que fue la segunda agencia. Y entonces estuve de agencia en agencia, durante una carrera de unos veintitantos años, o sea, desde 1979 hasta 2005. No lo he contado porque es casi pornográfico, pero como 25 años, 25 años de agencia en agencia. Es cierto que me cambié. Tuve la suerte de estar en distintos departamentos. Empecé en el creativo, después en el departamento de cuentas, que sería el equivalente al departamento comercial, pero con un poquito más de glamour, por decirlo así. Eso ya me derivó en la parte más de estrategia. Más adelante trabajé en strategic planning, y al final acabé siendo socio, accionista y director de una agencia local, pero que facturaba más que muchas multinacionales, que se llamaba Altraforma, que ya desapareció.
Un parteaguas, un gran propósito
En el año 2000 cuando nació mi hija, a mi mujer le detectaron un tumor que en teoría era incurable, porque eran las características muy complejas, los pronósticos eran muy malos. Entonces, eso hizo que yo de alguna manera bajara un poquito mi ritmo de trabajo porque trabajaba muchísimas horas diarias, me tenía que ocupar de algo muy importante.
Al cabo de un tiempo mi socio, que era el presidente, yo era director general, me invitó a salir, me compró las acciones. No había posibilidad de despido, pero me compró las acciones. Y entonces ahí es cuando decido qué hacer. Tuve muchas, muchísimas llamadas, muchísimas ofertas de agencias de publicidad que me ofrecían lo mismo. Un cargo de director general, overtime puro.
Pero, tenía otras prioridades familiares.
Mi propio negocio
Resumiendo mi nueva etapa de vida, descarté todas las propuestas que me hicieron para seguir en publicidad y decidí abrir mi propio negocio, se llamaba Lateral Consulting, en aquel momento yo lo llamaba comunicación personal.
En ese entonces, yo no había oído hablar del personal branding. Abrí el 1 de enero de 2005, la agencia. Bueno, el 2 para ser exactos, porque el 1 digamos que estamos de fiesta, pero lo abrí con algunos clientes, con los que había empezado a hablar, con un empresario, con un político.
Hablé con algunos clientes, y alguno que otro cliente que no había estado de acuerdo con que yo me fuera, quiso venirse conmigo. Eran pequeñas cuentas, pero bueno, me iba bien. Tener pequeños clientes, así me garantizaban un fin mensual suficiente para mantener mi ritmo de vida más o menos, por lo menos durante un tiempo.
Y entonces esos los fui dejando poco a poco.
Empecé en el personal branding curiosamente con política y luego algún que otro empresario, algún que otro artista.
Personal Branding
La historia de por qué acabé con el tema de la comunicación personal; fue gracias a una ex colega mía de Basat, que trabajaba en un proyecto conmigo en aquel momento y veía lo que yo estaba haciendo con otros clientes, me dijo: lo que estás haciendo se llama personal branding.
Y me dijo, te voy a pasar dos o tres referentes que conozco americanos para que los leas, los sigas, etc. Y sí, sí, entonces me pasó algunos. Porque en España, es verdad, no había nada. Ni en América Latina, no había nada.
Entonces, una vez fui consciente de lo que era el personal branding, me di cuenta del potencial que tenía.
Soy mi marca
Donde aprendí de verdad fue durante 2009 -2010 que fue cuando conocía Jordi y a Montse, aprendí muchísimo con ellos de toda esta parte más interior de la persona, etcétera, que eso fue fantástico. Soy mi marca. Funcionó. Sí, funcionó bastante bien. Pero llegamos demasiado pronto. Ya que llegamos muy pronto en 2010.
Escribíamos cada día, de 2010 a 2013 poníamos un post diario. Éramos unos cuantos, estaba Jordi, Montse, Alexia, y luego más gente que nos ayudaba, community managers…
Empezamos a invitar a gente externa, nos dimos cuenta de que esto no funciona, que tenía que ser más comunitario, que teníamos que crear comunidad.
Soy mi marca como empresa. Es verdad que se desmontó más o menos en 2016. Ahora sí que como como blog hay una sociedad todavía, pero se desmontó en 2016.
Guillem Recolons
Bueno, yo empecé a potenciar un poquito más mi marca, también a recuperar mi blog, que lo tenía un poco olvidado, que lo había empezado en 2007 y lo había dejado ahí un poco aparcado. Y ahora estoy como profesional por proyectos. Estoy en Omnia Branding, estoy también en Integra Personal Branding, estoy con Quifer en República Dominicana. Ahora también tengo un partner muy importante en Panamá. Bueno, estoy con varios proyectos.
Estoy en un momento ahora bastante interesante. Y la verdad es que a pesar de mi edad, que tengo 61 años, en ningún momento me he planteado que a los 65 voy a dejar de trabajar, dejaré de trabajar cuando mi cuerpo o mi mente se caigan, porque lo que hago me apasiona totalmente.
Eterno Aprendiz
Lo que hago me gusta mucho, aprendo mucho, estoy estudiando constantemente, no solo estudio porque cada caso es único y me enseña nuevas realidades, sino porque además estoy estudiando un grado, una licenciatura de humanidades desde hace mucho tiempo y eso también me ayuda.
Necesitamos dos cosas para que nuestra vida sea mejor y es que nuestro trabajo sea algo que nos guste hacer y que nunca estemos pensando en cuándo voy a dejarlo, cuándo voy a jubilarme y tal, porque yo ya intento pasarlo bien.
Innovar
Tienes que ir innovando constantemente en tu método. Tienes que ir cambiando fórmulas, las que no funcionan. Tienes que ir adaptando. Claro, y ahora con la inteligencia artificial, hay cosas como el chat que me parecen un peligro, pero hay otras que son inocuas que se pueden utilizar.
Crecer y comunicar
Tenía ansias de crecer y vi que no podía crecer y que además tenía que enseñar campañas a gente que no tenía criterio. Ahí fue cuando yo dije, esto se ha acabado, tengo que cambiar. Y curiosamente me llamó la comunicación personal. Y yo dije, ¿por qué no aplico todo lo que sé a las personas? Esta fue la gran pregunta. ¿Por qué no? ¿Por qué no utilizo lo que sé? No para una marca abstracta, etcétera, sino para una persona. Y ese fue mi principio. Bueno, mi principio, eso fue la continuación de mi carrera.
Con la que llevo ya, bueno, en 2025 llevaré 20 años o sea que no está mal porque empecé en 2005, pues ahí va la historia muy buena historia.
Ser publicitario
Fue complicado explicarle a mi madre lo que era ser publicitario. Era difícil a veces explicar todo el concepto de la publicidad, lo que se hacía dentro de una agencia, etc. Entonces, cuando ya por fin aprendió y tuve que explicarle el tema del personal branding,
Ahora lo que hago es lo mismo. Hago publicidad, pero para personas. Ya está, fue un poco este el resumen y así lo entendió todo. Creo que a veces tenemos que ser capaces de poder explicar las cosas de una manera sencilla para que la gente las entienda y no hay nada como el utilizar este símil.
Desafíos de trabajar con personas
El desafío de trabajar con una persona yo diría que es incluso mayor que una marca porque estás jugando con el futuro de una persona.
Siempre decimos que una marca la puedes construir, una marca corporativa se construye, una marca personal no, una marca personal ya existe, ya está en el aire. Ya hay una percepción que flota en el aire y esa percepción es la marca personal. Con lo cual tú lo que estás haciendo es jugar con el futuro y ahí hay un grado de responsabilidad muy grande, muy grande.
Es parecido al coaching. Lo que pasa es que la gran diferencia con el coaching es que en marca personal llegamos más allá, porque llegamos a la parte de activación de marca. Si habláramos de en términos de branding.
Una gran lección que aprendido es que no puedes aplicar fórmulas que han funcionado bien con una persona y aplicarles con otra persona, cada persona es un universo totalmente distinto de otra.
La consultoría tiene esta extrema dificultad de que tú puedes crear una metodología, pero la forma de aplicarla va a tener que ser muy hecha a medida de cada persona.
Entonces, te das cuenta de que las personas que tienen éxito son aquellas que siguen el proceso hasta el final.
La gran dificultad que tenemos es hacerles ver a las personas que tienen que crear un hábito, el hábito de gestionar su marca personal y que como todo hábito tienen unas rutinas, unas disciplinas y unos horarios y unas horas de dedicación. Entonces eso es lo difícil.
El éxito lo suele tener la persona que es capaz de convertir algo al que le ve valor, le ve futuro y tal, en un hábito.
Fortaleza
Creo que está en la rapidez. Mis clientes me dicen de la capacidad que tengo de crear en el momento, de poder generar ideas muy rápidas ante un problema.
Entonces mi fortaleza. Yo diría que, el humor, la segunda, el amor y la tercera, la creatividad.
Miedo
El miedo, sobre todo en nuestro oficio, es no estar a la altura de las circunstancias. Es decir, todos tenemos un poco de síndrome de impostor. Claro, estamos hablando de una profesión que nos la hemos inventado entre varios. Esto no existía antes de Tom Peters.
Creo que el miedo es el miedo a hacerlo mal, a no dar la talla, a hacer algo que no funcione, porque nosotros no teníamos un referente. Sí, claro, tú puedes hacer un MBA, un Master en Business Administration, para saber cómo se administra y luego intentar aplicarlo a una persona. Pero cuidado, son cosas muy distintas. Yo había estudiado Economía, había estudiado Marketing, había estudiado Humanidades y la verdad es que no hay un estudio específico, todavía, a nivel universitario que pueda dar una formación sólida.
Pienso que los miedos tenemos que gestionarlos. También en su momento tuve miedo de pasar de la comodidad de un salario bastante bueno que tenía en publicidad al abismo de no saber cuánto voy a facturar el mes que viene.
El hábito de la gestión de marca
El hábito de gestionar mi marca lo hago, por coherencia. Es decir, yo no puedo recetar a mi cliente algo que yo no hago.
Los hábitos, lo hago un poco porque creo que es bueno dar recetas a nuestros clientes que tú eres capaz de aplicar, recuerda aquello, de en casa del herrero cuchara de palo.
Soy tozudo, O sea, a veces se puede llamar consistencia, pero también tiene un punto de tozudez. Sabes decir yo soy de los que cuando todo el mundo descansa, yo público.
Cuando yo digo voy a hacer 52 contenidos al año, los hago. Soy una persona que me gusta ser puntual, me gusta cumplir con los rituales que yo mismo creo para mí, porque al final pienso, si tú te dedicas a la marca personal y no tienes una buena marca personal, es una incoherencia.
Si tú te dedicas a decirle a un cliente que tiene que crear una serie de hábitos y tú no lo has creado para ti, es incoherente.
Una huella en el mundo
El propósito que dibujé en su día, era inspirar ideas y ayudar a dibujar futuros.
Me encantaría que esa fuera mi definición de mi huella en el mundo. Alguien que supo inspirarnos en crear algunas cosas y a dibujar futuro para muchas personas
Me gustaría que me recordaran por eso, por alguien que ayudó a dibujar futuros.
En el terreno, de lo que es la tribu, alguien que pudo, innovar algo en el tema del personal branding.
¡Recuerda!
Si no dices quién eres, los demás dirán lo que no eres.
Por último, ¡escúchanos!
No te pierdas la entrevista completa que podrás escuchar aquí, sin duda un gran contenido que no puedes perderte.